Es fundamental en nuestra actividad laboral y en nuestra vida social, causar una buena primera impresión. De ese primer impacto visual, puede depender un trabajo, un contacto de negocios, una relación de amistad o de pareja.

Debemos preocuparnos que nuestra imagen personal no sea una muestra de vanidad, sino de cortesía elemental hacia nuestros semejantes. Debemos aceptarnos como somos, y hacer lo posible a nuestro alcance para mejorar nuestra imagen.
Es fundamental para la etiqueta de hoy: como vestimos, el tono de nuestra voz al hablar, la forma de expresarnos hasta en los momentos más íntimos.
Todos estos elementos es lo que llamamos estilo, y no hay duda de que cada individuo tiene su estilo personal que lo distingue de los demás.
La primera impresión que transmitimos a los demás es un conjunto de rasgos (tanto internos como externos) que antes de comenzar una relación se convierte en nuestra primera tarjeta de presentación. Por eso es fundamental observar todos los detalles de nuestro cuidado, dado que son ellos el principio de nuestra personalidad.
En las relaciones sociales ya no se aspira a quedar bien únicamente en el primer momento, sino quedar bien en forma constante y permanente. Mostrarse bien en el primer momento es la mejor garantía de credibilidad o de continuidad. Saber adaptarse al entorno quizás sea la mejor táctica para transmitir una buena imagen personal.
Hoy no tiene la mejor imagen quien lleva el mejor traje, sino el que ha sabido adaptar el vestuario a su personalidad. La imagen personal que uno debe transmitir es la que más se acerca a su forma de ser.

Desde Clé te invitamos a descubrir y redescubrir la importante gama de posibilidades para generar un cambio positivo en tu imagen interna (en principio) para luego trabajar en el aspecto externo. Relacionaremos cuáles son las actitudes que deberás asumir en función de tu profesión y jerarquía; y cuáles son las herramientas para reposicionarte social y profesionalmente.
La imagen es un proceso de construcción y por lo tanto no es estática, sino que se alimenta, retroalimenta y se regenera constantemente a través de la evolución y maduración de cada persona.
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